Ya sabemos lo importante que es regular el gas de un coche. El precio de una inspección básica es bajo, pero muchos conductores la evitan. Una instalación de GLP de buena calidad puede funcionar correctamente durante muchos años, pero con el tiempo suelen aparecer problemas derivados de un mal funcionamiento. ¿Cuáles son las consecuencias más comunes de no regular el gas y no sustituir los filtros?
-Aumento de la combustión,
-Pérdida de potencia del motor,
-Interrupción del motor, asfixia y sacudidas durante una aceleración repentina (fallos de encendido),
-El motor se apaga después de cambiar a gas.
-Falla electrónica y falta de energía,
-Quema de asientos de válvulas,
-Daños a los inyectores,
-Quema de aceite del motor.
La mayoría de los síntomas anteriores son consecuencia de que el motor funciona con una mezcla de aire y combustible demasiado pobre. Una dosificación incorrecta del gas significa que hay muy poco combustible en relación con el aire aspirado por el sistema de admisión. El efecto de funcionar con una mezcla pobre es un aumento adicional de la temperatura de combustión.
La conducción prolongada con un sistema de gas desafinado puede provocar que se quemen los asientos de las válvulas, los pistones o las juntas de la culata. La consecuencia de conducir con una mezcla demasiado rica es un aumento del consumo de combustible, humo negro del tubo de escape y daños en el filtro de partículas y en el catalizador .